La actuación contempla tres promociones de edificios residenciales, 60 viviendas en Ibiza calle Isidoro Macabich, donde existen serios problemas de acceso a la vivienda, 35 viviendas en Es Castell, Menorca y 17 viviendas dotacionales en la isla de Formentera. Las viviendas incluyen sistemas bioclimáticos pasivos para reducir al máximo la pobreza energética, con una demanda conjunta de refrigeración y calefacción inferior a 15 kWh/m²x año, y priorizan en lo posible el uso de materiales de bajo impacto ambiental, preferiblemente locales, en aplicación del artículo 71 relativo a obras públicas de la Ley 10/2019, de 22 de febrero, de Cambio Climático y Transición Energética de las Islas Baleares, para reducir las emisiones totales durante su ciclo de vida completo.

Además, como medidas de circularidad, por un lado, se prioriza la durabilidad, la flexibilidad de uso y la reutilización, y posteriormente su reciclaje, y por otro se fomenta la transición ecológica del tejido industrial local y las economías locales.

En el contexto específico de las Islas Baleares, se ha verificado mediante un proyecto LIFE+ de adaptación al cambio climático finalizado en 2020, que el nuevo paradigma productivo, social y económico basado en el decrecimiento del consumo de recursos, el crecimiento del confort, la autosuficiencia energética y material, la justicia social, el bienestar y la sostenibilidad ambiental, económica y social globales, puede surgir de la expresión de los materiales preindustriales locales, que se fabrican o son susceptibles de fabricarse con energías renovables, y por tanto de baja huella de carbono, dando lugar a un nuevo lenguaje arquitectónico a partir del patrimonio cultural de cada lugar.