Actualmente el 15,3% de la población supera los 65 años, y el año 2029 lo hará el 22%. Cuánta más edad, más prevalencia de enfermedades crónicas y más grado de dependencia. Se estima que el 68% de los ingresos hospitalarios están relacionados con la cronicidad. El 47% de los enfermos con alguna patología crónica adelantada están ingresados actualmente en nuestros hospitales de agudos recibiendo una atención que no da respuesta a sus necesidades.

La Estrategia de cronicidad define a un modelo de atención que dé respuestas más adecuadas a los pacientes con enfermedades crónicas complejas y avanzadas, que se centre en las necesidades de las personas y permita evitar estancias innecesarias en los dispositivos de urgencias, molestias para los familiares, etc. Son frecuentes el ingreso y el reingreso de estos pacientes en los hospitales de agudos, y eso supone numerosas incomodidades.

La Estrategia de cronicidad fomenta la prevención de la discapacidad y de la pérdida de autonomía; la rehabilitación y la convalecencia después de haber sufrido un proceso agudo para evitar complicaciones; la integración en la comunidad; la atención de los
 cuidadores; la coordinación eficaz entre la atención primaria y los hospitales de agudos, y el ingreso directo en caso de descompensación de los enfermos con alguna patología crónica avanzada cuando ya no se benefician de la tecnología de los hospitales de agudos.

Con respecto a las personas mayores en situación de dependencia, las Illes Balears sufren un déficit histórico de plazas. Los esfuerzos y las medidas adoptadas para reactivar la dependencia en el último año y medio se reflejan en 244 nuevas plazas residenciales y 83 más de centro de día, y en el número de nuevos beneficiarios, que ha crecido más del doble que en toda la legislatura pasada. Sin embargo, las Illes Balears sufren una falta de plazas de residencia, especialmente Mallorca y sobre todo
 Palma. Aunque el servicio técnico idóneo es una plaza residencial, hasta que lo obtiene se sustituye por una prestación económica, vista la falta de residencias.

También es una necesidad la atención de las personas a las cuales se ha diagnosticado algún trastorno de la salud mental, ya que históricamente también sufrimos un déficit de recursos sociales. Por ello el Govern está tejiendo una red estructural, permanente y garantizada de servicios y prestaciones que suponen una sustitución parcial o total del hogar, como tienen otros colectivos. Y Son
 Dureta hace posible hacer nuevos pasos en este sentido.